viernes, 23 de octubre de 2015

La Templanza, de María Dueñas



Me gustó mucho la novela El tiempo entre costuras. Me enamoré del persona de Sira Quiroga. También me encantó muchísimo la serie de televisión y en especial, su banda sonora, de César Benito. Sin embargo, cuando la autora del libro, publicó el segundo, Misión Olvido, leí muchas críticas negativas, con lo cuál cuando decidí leerlo ya iba con un prejuicio que no era bueno. Por desgracias, las críticas llevaban su razón. El libro me pareció aburrídisimo y lo dejé.
Cuando me enteré que su autoria había escrito una nueva novela, La Templanza de María Dueñas, y que iba a tener como escenario mi ciudad, Jerez, me ilusioné. Pues bien, lo he leído y no me ha gustado nada.
Tiene tres partes, la primera se desarrolla en México, la segunda en Cuba y la tercera en Jerez. Las dos primeras partes, me han parecido tremendamente pesadas y aburridas. Me costaba coger el libro. Una historia que se podía contar en diez páginas. Unas descripciones que no te enganchaban, en fin, que aguanté para llegar a Jerez y ver qué contaba de mi tierra.
Me ha decepcionado,  me esperaba más. Habla de las calles, no de todas. De las iglesias, no de todas. De las plazas, no de todas… da la impresión que la autora ha cogido un callejero y ha elegido calles del centro de Jerez, las que más suenan. No llega al detalle, siempre parece que falta algo. No profundiza. Con lo bonito que hubiera sido describir una viña en condiciones, o los trabajos de faena en una bodega. O cómo era tal calle, o tal barrio. Pero no, no llega. Se queda corta.
Los personajes que salen se notan que son ficticios. No refleja la sociedad jerezana de la época. Cualquier lector que coja la novela y no conozca la historia de Jerez se hará con una imagen falsa de la situación histórica del Jerez esplendoroso con las bodegas.
Me llamó mucho la atención que los personajes se sorprendieran con la existencia de la esclavitud en América, y sin embargo, la autora de la novela no diga absolutamente NADA de la situación del pueblo llano de Jerez en aquella época, que aunque oficialmente no eran esclavos, poco le faltaban.
Luego, al final, cuando lees los agradecimientos del libro, te das cuenta que la opinión que tiene la autora no puede ser de otra manera. Le falta escuchar al otro Jerez, al que vendimiaba, al que podaba, al que trabajaba de sol a sol y sólo comía el pan mojado que le daban. Al que sólo iba una vez a casa en la semana y encima tenía que ir a misa obligatoriamente para no ser despedido
En fin, una novela decepcionante, que te decepciona doblemente si eres de Jerez.
Como siempre, es imprescindible leer ‘La Bodega’ de Vicente Blasco Ibañez para conocer bien la ciudad jerezana, su historia, sus circunstancias en el marco histórico de la segunda mitad del siglo XIX.
La templanza no deja de ser un rocambolesca historia de amor que pretende ser histórica. Pero no llega a eso. Una verdadera pena. Mucho me temo que como a muchos autores, María Dueñas dió la campanada con su primera novela que es genial. Pero ahí se quedó.

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